Desolación en los ‘callejones’ de LA
Los negocios en el popular distrito de la moda se quejan de una caída de ventas
La mercadería está lista, los aparadores colmados, los dependientes en espera, pero los compradores no aparecen por ningún lado.
Tal es la queja de muchos tenderos entrevistados esta semana en el distrito de la moda, en Los Ángeles, un barrio al oeste del centro angelino que se especializa en la venta al por mayor, y que en los días que repunta la actividad comercial se convierte en un emporio congestionado, cuyas calles y aceras apenas dan abasto para los compradores.
Pero por ahora, esas calles y aceras se miran prácticamente desoladas.
"Las ventas están bajas, nadie viene", expresa una vendedora del Golden Chart, una tienda en la calle Santee que vende vestidos, ornamentos orientales, artesanías y espadas de samurai.
"Esto está muerto, y para mí es un problema porque tengo que pagar a mis empleados, así como la renta del espacio", se lamenta Víctor Kapoor, el propietario indio de Rafael.
El tendero considera que 2006 ha sido un año pésimo para las ventas.
"Las cosas no mejoraron después del Día de Acción de Gracias. No sé qué va a pasar en la Navidad", dijo.
La competencia, hace ver, está cada día más feroz en Los Ángeles. Muestra uno de los vestidos (fabricado en su propio taller de costura en Nueva Delhi) que vende en su negocio y explica que se ha visto obligado a reducir el precio de nueve a cinco dólares para poder seguir en el mercado.
Alejandra Santillán, de la tienda de ropa Rachel’s, considera que las ventas bajaron a la mitad de un año para acá.
"O es que la gente mejor se va a comprar a los centros comerciales o no hay dinero para gastar porque la gasolina está alta y hay inflación", trata de explicarse.
Según Ken Smith, director ejecutivo del Comité de Mejoramiento del Distrito de la Costura de Los Ángeles, los compradores hacen la mayoría de sus compras grandes en los centros comerciales, y no es sino hasta que se aproximan los días de la Navidad que fluyen a los "callejones", como se conocen los pequeños negocios ubicados en el distrito de la costura.
Eduardo Martínez, un analista económico de la Corporación de Desarrollo Económico de Los Ángeles (LAEDC), opina que las tiendas que han tenido un mejor desempeño en esta temporada son los negocios de lujo como Nordstrom.
Un buen porcentaje de los compradores de estas tiendas, sin embargo, viene de otras partes del país, como Miami y Puerto Rico, o del extranjero: Venezuela, Colombia, Ecuador y, por supuesto, México.
Graciela Perales, la propietaria de Alondra’s, un negocio de venta de ropa y zapatos en la calle 12 que tiene muchos clientes mexicanos, atribuye la reducción de sus ventas a la inestabilidad reinante en México en las últimas semanas.
"La gente dice que este [Manuel López] Obrador ha metido mucho miedo de comprar en ciudades como Guadalajara y Ciudad de México", señala.
Los encargados de ventas del Golden Chart, otra tienda en los "callejones", tienen una respuesta razonable para explicar la caída de uno de sus productos: las espadas y cuchillos.
"Después del 11 de septiembre no les dejan pasar esas cosas en el avión", dijo la vendedora.
Pedro Rosales, vendedor de una de las tiendas Neda, cuya línea son los trajes de vestir para hombres, asegura que las ventas cayeron a la mitad "después que el peso [mexicano] perdió los tres ceros; cayó todavía más, según él, después del 11 de septiembre.
Pero no a todos les va mal. En 21st Century Perfumes, un negocio mayorista de perfumes en la Calle 12, el negocio va viento en popa, declara Julie Ramírez Castro, una vendedora.
"Se vende bien, más en esta época; a veces no alcanzan las existencias para cubrir la demanda", asegura.
Holimpias Soccer Team, una tienda que se especializa en camisolas y otras prendas de fútbol no ha experimentado caída en las ventas, afirmó Fernando Ramos, su propietario, aunque admite que "ésta no es la temporada de ventas deportivas". Los meses buenos para este comerciante son enero, agosto y septiembre, cuando recibe clientes de todo el país.
Para reducir sus costos, los vendedores del distrito de la costura importan la vasta mayoría de sus productos de China (el lugar número uno), Filipinas, Indonesia, Corea, India, Vietnam y Turquía o los compran a grandes importadores que los traen de esos países.
¿Entonces por que no hacen lo mismo, para el caso, los vendedores de México?
Es por los estilos, dice Perales, la propietaria del Alondra’s. En la división del trabajo que rige en el mundo de la costura (al menos en la cuenca del Pacífico), la parte de la manufactura tiene lugar en las enormes maquiladoras de China (y otros países del Oriente), pero los diseños se hacen aquí.
Pero aunque la especialidad de Alondra’s son los zapatos y la ropa, afuera de la tienda se ve una colección de juguetes, uno de los artículos de temporada.
De esta manera esperan sus propietarios levantar un poco las ventas